Hermosillo, Sonora.- Vecinas de la colonia Bachoco, en Hermosillo, transformaron un espacio lleno de maleza en un parque con flores, juegos y árboles frutales; se ha convertido en el lugar favorito de muchos locales y foráneos.
Desde hace siete años, Grisel Audeves, Cinthia Murillo y Virgina Orduño comenzaron a limpiar el área que se encuentra en el circuito de las Misiones Norte; iniciaron de manera individual, pero al poco tiempo se unieron con el objetivo de rescatarlo.
“Así empezamos hace siete años y luego los demás vecinos consiguieron presupuesto del Ayuntamiento y nos pusieron la toma de agua, que es lo más importante, nos cambiaron aparatos, los juegos, las explanadas y bancas.
Ya con eso nosotros después nos dedicamos a forestar, a sembrar árboles frutales y toda la vegetación que ven aquí”.
Por las tardes, las niñas y los niños acuden a jugar, las familias pasean a las mascotas y todos disfrutan de un momento agradable. Esos momentos que las y los pequeños pasan en el parque, después se convierten en atesorados momentos y recuerdos para compartir.
Ver ese sitio abandonado y darse cuenta que las familias de los alrededores no contaban con un espacio decente de recreación y convivencia, fue lo que las motivó a empezar con la pala y el pico, de día y de noche, a transformar este lugar.
“Mi hijo más chico tiene 25 años. Para ese entonces tenía 18, y de chiquito lo traíamos a pasar y era triste ver los columpios rotos, el parque triste, abandonado. Esa fue una de las inspiraciones y ver que no era un lugar agradable para entretenerse.
Era un parque medio abandonado, había vagos, varias cosas desagradables y creo que la inspiración fue querer un mejor lugar de esparcimiento para nosotros, pero también para las otras familias de las colonias”.
Los demás vecinos, al ver cómo trabajaban, comenzaron a sumarse: donaron plantas como laureles, bugambilias y otros frutales; también apoyan con bolsas para la basura. Están comprometidos con la causa.
“Se siente muy bonito, sobre todo este parque tiene muchos niños, vienen familias de la Insurgentes, de la Cuatro Olivos, porque yo siempre les pregunto.
Yo colaboro en un parquecito que es pequeño, pero también me gusta mucho ver a los jóvenes que van a leer, estamos satisfechos de ver tanto verde”.
Agregó: “Llegué aquí a los dos años de que ellas empezaron. Grisel nos regalaba plantas, hasta las ponía con un bote de agua especial, y hemos colaborado en semillas, plantas, riego, podadas”.
Personas de otras colonias, incluso ciudades que vienen a Hermosillo, visitan el parque y quedan fascinados por el ambiente, por el clima fresco que se siente entre sus árboles, por lo limpio que está y por cómo se ha ido mejorando cada vez más.