Hermosillo, Sonora.- Frente a la crisis ambiental que se vive actualmente, cada vez es más importante contar con espacios naturales protegidos, que se garantice su conservación y cuidado.
En Hermosillo, así como en Sonora, hay sitios que no se encuentran bajo ninguna protección especial ni por el municipio, el gobierno o la federación, pero que por sus servicios ambientales debieran estar bajo alguna norma que evite su destrucción.
Recientemente, el Cerro Johnson cumplió 15 años como Área Natural Protegida (ANP); este lugar se ha convertido en un espacio que representa la lucha ambiental constante de aquellos que buscan una mejor ciudad.
Maribel Pallanez Murrieta, profesora investigadora de la Universidad Estatal de Sonora (UES), mencionó que uno de estos sitios es la Sierra Libre donde se encuentra la zona arqueológica conocida como La Pintada.
“Es una zona de mucha recarga de acuífero que se ha mantenido muy conservada con muchos antílopes, con muchos venados, jabalíes, pumas, linces, entonces sí vale la pena hacer los estudios previos justificativos para determinar su posibilidad de conservación.
Hay dos pintadas: la que pertenece al INAH, una zona conservada a partir de sus atributos culturales, y el otro es el Rancho La Pintada, que pertenece a un particular pero que tiene atributos naturales que lo podrían llevar a decretarse como un área destinada a la conservación”, comentó.
Se ubica a 50 kilómetros al sur de Hermosillo, entre la capital sonorense y el municipio de Guaymas y su importancia no es solo ambiental, sino además cultural e histórica, pues se han localizado, por ejemplo, pinturas rupestres seris en el área.
Pallanez Murrieta aseguró que este tipo de nombramientos son importantes porque es compensar al medio ambiente por todo aquello que se le ha quitado; por los desarrollos urbanos, por los asentamientos y otras acciones que lo han dañado por muchos años.
“Es una de las mejores estrategias de políticas públicas para poder salvaguardar ciertos servicios ambientales que estamos destruyendo en otras zonas, es una manera de retribuir al ecosistema lo le estamos quitando en otras áreas
Le damos un sustento legal que nos permite tener zonas de alguna manera más sustentable y sostenible, y la verdad es que las necesitamos mucho porque la ciudad está creciendo a pasos agigantados”.
Se ubica a 50 kilómetros al sur de Hermosillo, entre la capital sonorense y Guaymas, y su importancia no es solo ambiental, sino además cultural e histórica, pues se han localizado, por ejemplo, pinturas rupestres seris en el área.
Ramón Barraza Guardado, investigador de la Universidad de Sonora (Unison), mencionó otro sitio importante en tamaño, en aportación al ambiente, en flora y fauna: la Laguna de la Santa Cruz, en Bahía de Kino.
“Tiene, por sus dimensiones, mucho que ofrecer a la sociedad: a eso le llamamos bienes y servicios ambientales, porque apoya o proporciona servicios como pesca, turismo, acuacultura de camarón o de ostión, paisajismo, ecosistema
Alberga especies en peligro de extinción, es un santuario para las aves y fue designado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) como un sitio aica: área de importancia para la conservación de las aves”.
De acuerdo a varios ambientalistas y ciudadanos, otros de los lugares que necesitan ingresar a alguna de las categorías de protección son los cerros alrededor de Hermosillo, como el Cerro Bachoco, para blindarse ante el inminente riesgo del crecimiento de la mancha urbana.
Otro de los sitios también es el Estero de Santa Rosa, al sur de Sonora está Navopatia en el límite con Sinaloa, además de La Sauceda, por mencionar algunos.