Pescadores de Baja California y Sonora advirtieron este sábado que la falta de acciones preventivas del Gobierno mexicano propiciaron la pesca de camarón con prácticas prohibidas, como el uso de redes de enmalle, poniendo en riesgo de extinción a la vaquita marina.
En el primer minuto de este día, la Comisión Nacional de Pesca y la Secretaría del Medio Ambiente y Recurso Naturales, levantaron la veda de camarón a los pescadores de San Felipe, Baja California; Puerto Peñasco y Santa Clara en Sonora, quienes salieron a pescar con redes que están prohibidas desde el 24 de septiembre de 2020, según normas oficiales.
Luego de reunirse funcionarios del Gobierno mexicano con pescadores organizados, los segundos entregaron a Iván Rico López, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Semarnat, una propuesta de ampliar 25 por ciento la Zona de Tolerancia Cero, libre de embarcaciones, y reducir 15 por ciento la Zona Refugio de la vaquita marina, para reabrir áreas controladas para la pesca artesanal con redes de enmalle para la captura de camarón y otras especies marítimas.
Al recibir la propuesta de los pescadores, quienes buscaban proteger y conservar a las especies amenazadas, pero también ganarse el sustento de sus familias, las dependencias mexicanas que integran el Grupo Intragubernamental sobre la Sustentabilidad en el Alto Golfo de California (GIS), se comprometieron a responder en 15 días.
Esto, antes del inicio de la temporada de pesca para el camarón, a fin de poder afinar los detalles de esta actividad económica; sin embargo, acusaron que nunca hubo una respuesta oficial.
En un posicionamiento publicado en sus redes sociales, los pescadores organizados recordaron que, a mediados de agosto, participaron en reuniones con la Secretaría de Gobernación para elaborar una propuesta de modificación del acuerdo que regula la pesca en el norte del golfo de California.
La propuesta congelada por el Gobierno de México buscaba garantizar la protección de la vaquita marina, el catáceo más pequeño del mundo, cuya población se calcula en menos de 10 ejemplares debido al uso de redes de enmalle en su habitad para la captura del pez totoaba, cuyo buche es comercializado por grupos de la delincuencia organizada en mercados asiáticos.
Los pescadores entregaron la propuesta al Consejo Asesor de la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado; la Comisión Nacional de Pesca; y al directivo de la Semarnat que encabeza también el Gis, Iván Rico.
Además, los pescadores organizados reafirmaron su compromiso con la conservación de la vaquita marina y el cumplimiento de las regulaciones pesqueras, en tanto que pidieron a todo el sector “unirse a estos esfuerzos por un futuro sostenible en el Alto Golfo de California”.
Añadieron que si las autoridades del Estado mexicano insisten en desdeñar las acciones para proteger a la escasa población de la vaquita marina, además de extinguirse, los productores mexicanos podrían sufrir embargos comerciales en Estados Unidos y Asia, además de sanciones en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
Las artes de pesca prohibidas en la región del Alto Golfo de California son enormes redes, de hasta dos kilómetros de longitud, que se amarran a pangas o embarcaciones menores y se arrastran sobre el mar, capturando diversas especies a su paso, pero también generando mortandad en delfines, tortugas marinas y la vaquita marina.
En esta región del noroeste de México, grupos criminales como el Cártel de Sinaloa operan el tráfico de especies como el pepino del mar, la medusa bola de cañón y el buche de totoaba, el cual comparte habitad con la vaquita marina.
Estas especies endémicas del golfo de California son traficadas hacia el mercado asiático, donde al buche de totoaba se le conoce como la cocaína del mar, ya que se cotiza en miles de dólares y es utilizado como un manjar afrodisíaco.
Información de EFE