El Tribunal Supremo de España condenó a Joaquín Sabina a pagar 2.5 millones de euros por tributos no abonados de 2008 a 2010.
El cantante llevaba años batallando para evitar el pago de esa cantidad, pero finalmente el alto tribunal español inadmitió a trámite su recurso de casación al considerarlo bien argumentado en una sentencia condenatoria previa de la Audiencia Nacional en abril de 2022.
El Tribunal Supremo señala que “no se fundamenta suficientemente que concurren alguno o algunos de los presupuestos” esgrimidos por la defensa de Sabina para evitar la condena.
Sabina tendrá que ingresar esa cantidad a la Agencia Tributaria española, en concepto de pagos no liquidados más la correspondiente sanción.
Entre 2008 y 2010, el cantautor español cedió de manera irregular, tal como se desprende de la sentencia, sus derechos de imagen a tres sociedades que gestionaban él y su hija.
De ese modo, Sabina consiguió rebajar la base imponible para su declaración de la renta, al reducir sus ingresos totales y distribuirlos en varias sociedades.
Sabina era socio mayoritario de las empresas Relatores y Ultramarinos Finos, mientras que su hija era administradora de la firma El Pan de Mis Niñas.
Esas tres sociedades gestionaban sus derechos de autor, además de inmuebles y otros bienes, según el inventario recogido en la sentencia de la Audiencia Nacional.
Información de Proceso