¿Te gusta el surimi? Sin lugar a duda, más de una vez hemos disfrutado con sus exquisitos y muy frescos platillos como ensaladas, sushi y rolls, pero quizás desconocemos que este manjar no es exactamente lo que nos dijeron que era.
Descubre por qué el surimi, la salchicha del mar, puede ser problemático tanto para tu salud como para el medio ambiente.
¿QUÉ ES EL SURIMI Y DE QUÉ ESTÁ HECHO?
El surimi, a menudo confundido con una pasta de cangrejo, es en realidad una pasta elaborada a partir de restos de pescado sometidos a un proceso de transformación, que en sus orígenes era un proceso artesanal.
Pero como todo en el mundo moderno su proceso se ha industrializado, lo que ha generado que su contenido y proceso de elaboración en la actualidad comiencen a plantear una serie de preocupaciones.
Desde el punto de vista nutricional, los palitos de surimi ofrecen escasos beneficios, casi nulos. Además, los ingredientes utilizados en su fabricación no son sostenibles y contribuyen a la sobreexplotación marina.
El surimi se elabora a partir de peces de baja calidad comercial, como abadejos, corvinas, merluzas, jureles y peces lagarto, que de otro modo no encontrarían salida en el mercado.
Para producir el surimi, la carne de pescado se limpia, deshuesa y se muele hasta obtener una pasta fina.
Pero aquí viene la parte interesante: se someten a una auténtica transformación mágica.
A estas humildes carnes se les añaden generosas cantidades de sal, azúcar y glutamato monosódico, además de sabores naturales o artificiales, que modifican en su totalidad la sustancia inicial, como indica este proyecto de investigación.
Pero espera, ¡eso no es todo!: También se les agregan así como sorbitol como conservante y polifosfatos, esos aditivos que nos encontramos en chicles, bebidas energéticas e incluso en la cátsup.
Para realzar su sabor, se les añaden citratos, y para lograr esa textura característica, se mezclan almidones y colorantes.
¡Y ahí lo tienes! Tus queridos “palitos de cangrejo”, que curiosamente reciben su nombre por su parecido, una vez pintados de rojo o naranja, con las patas de los cangrejos araña o cangrejos de Alaska.
Pero, siendo honestos, se parecen más a las salchichas económicas que a cualquier producto de cangrejo.
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