El presidente López Obrador no puede ver ni en pintura a Raúl Padilla, mandamás de la Universidad de Guadalajara, quien apostó en 2018 por la candidatura presidencial de Ricardo Anaya. Desde entonces el mandatario intentó mermar su fuerte influencia política en Jalisco. Después de visitas periódicas a la entidad y de hablar en privado con Enrique Alfaro, gobernador de la entidad, éste volvió al enfrentamiento con Padilla y los integrantes del grupo.
Si Padilla lograba ser doblegado por Alfaro, el presidente ganaba. Si Alfaro y Padilla se dividían, el presidente también ganaba. Sólo perdía si la alianza Alfaro-Padilla se sostenía. En el último año se dio la división. Alfaro no pudo con el grupo universidad y rompió la relación amable que tenían: sostienen de manera abierta una guerra política. Después de su alianza con Movimiento Ciudadano, el padillismo creó el partido Hagamos, tiene dos representaciones en el Congreso local y este fin de semana ocurrió lo impensable: López Obrador y Padilla tuvieron un acercamiento indirecto.
Claudia Sheinbaum ha sido la jugada que evidenció la estrategia este sábado cuando la candidata a la Presidencia vino a Guadalajara y se metió a la cuna del padillismo, al Centro Universitario Tonalá, con el pretexto de la firma de un convenio ecológico, pero donde la funcionaria capitalina fue aclamada: presidenta, presidenta. Ricardo Villanueva, visto hace unas semanas en un encuentro privado en la Cdmx con Mario Delgado, presidente de Morena, no desaprovechó la estrategia.
“Se que esta visita puede generar mucho ruido y lo que menos queremos es eso. Queremos recibirte los estudiantes y la Universidad con mucho cariño y queremos que vuelvas (Claudia Sheinbaum). Pero sé que hay ruido. No soy ingenuo y todos queremos que esta conferencia sea un espacio de silencio para conocernos más y que vuelvas muy pronto”, afirmó Villanueva, pero justo era lo que buscaban hacer. Fue la UdeG la que convocó a la conferencia de prensa y no el partido.
Estuvieron en el evento además del rector personajes muy cercanos a él como Tonatiuh Bravo Padilla y Mara Robles, fundadores del grupo universidad. Fuentes consultadas no desmintieron un supuesto encuentro privado entre
Sheinbaum y Padilla. Todo esto ocurre mientras Carlos Lomelí, empresario farmacéutico, ve cómo se desmorona su poder en Morena de Jalisco, pues en la convención reciente para renovar el consejo nacional no logró posiciones, por lo que está siendo sobrepasado por el relevo generacional. Los rumores del nacimiento de una nueva coalición se expanden, a partir de la mezcla de lo impensable: el agua con el aceite, es decir el padillismo con el lopezobradorismo y podría derivar en una candidatura por el partido guinda de Ricardo Villanueva a la alcaldía de Guadalajara, así como el apoyo presidencial a quien ocupa hoy la jefatura de gobierno.
Uppercut: Todo esto ocurre mientras Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, se pasea en sus vacaciones por Europa, y quien parece va pagar caras sus traiciones a partir de dejarse llevar por sus impulsos y por el canto de las sirenas salidos de Palacio Nacional.