Columna Y sin embargo
Es una llamada de alarma y una convocatoria a la reflexión y a la acción. La organización ciudadana Hermosillo ¿Cómo Vamos? acaba de presentar los resultados de su encuesta 2021 de percepción ciudadana. Los resultados no son alentadores: Hermosillo está estancado en su desarrollo; los mismos problemas de inseguridad, adicciones, baches y precariedad persisten. Considerando que Hermosillo es el municipio económicamente más dinámico y relativamente más seguro del estado, se infiere que el estado de Sonora también está estancado. Si Hermosillo está estancado, Sonora lo está aún más. Lo que más duele es que otras ciudades similares y estados vecinos han logrado controlar la inseguridad e incentivar mejor la economía local.
Caben aquí las preguntas: ¿Y cuándo se jodieron Hermosillo y Sonora? Pero sobre todo ¿Qué puede o debe hacerse?
Efecto acumulado
El diagnóstico que hizo Alfonso Durazo como candidato durante su campaña electoral parece acertado: el estado ha padecido un cacicazgo económico con altos niveles de influyentismo y gobierno de cuates. Pero era un cacicazgo con inversión. El problema es que ahora ya tenemos “un gobierno para todos y no para unos cuantos” pero no hay inversión ni pública ni privada. La única inversión que se ve pujante y en aumento es la del crimen y de la extorsión. El otro negocio que se ve boyante es la política; los políticos buscan denodadamente los puestos públicos y les va bien.
El estancamiento económico actual parece ser el efecto acumulado de los endeudamientos anteriores, tanto a nivel municipal como a nivel estatal. Hermosillo sigue siendo uno de los municipios más endeudados del país y el estado no canta mal las rancheras; el gobierno de Pavlovich endeudó al estado pero no invirtió.
La inseguridad, por su parte, parece ser resultado de la falta de un estado de derecho y de estrategias fallidas. Tenemos policías que no persiguen a los delincuentes, fiscalías que no investigan los crímenes y un sistema de justicia que no imparte justicia, con el agravante de que Sonora es el corredor de paso fronterizo. La Guardia Nacional, creada con la premisa de que ésta sí funciona, no ha dado muestras de su valor.
Perspectivas
Para colmo, las perspectivas futuras no son halagüeñas sino todo lo contrario. La guerra en Ucrania parece ensombrecer aún más el panorama. El crimen está envalentonado y muestra más agresividad en sus apariciones públicas; la falta de inversión pública y privada no augura ni más empleos ni crecimiento económico. El nuevo gobierno estatal ha estado ocupado en capturar los contrapesos y restablecer una hegemonía como la del antiguo PRI. Además, los estilos populistas de gobierno garantizan beneficios y popularidad a corto plazo, pero también grandes crisis y quiebras financieras en el mediano y largo plazos.
La única salida y ventana de oportunidad parece ser la de aprovechar la tensión entre China y Estados Unidos para atraer inversiones. El mismo corredor fronterizo que atrae al crimen que sirva más bien para atraer inversiones. El gobernador parece que ya le echó el ojo al sector turístico como ventana de oportunidad. Esperemos que la secretaria del ramo haga ahí mejor papel que el que hizo en Agua de Hermosillo.
De manera atinada, Hermosillo Cómo Vamos hace un llamado a la participación ciudadana como única forma de enfrentar y remontar los atrasos y rezagos. Son la participación y el empoderamiento ciudadanos los que pueden significar una inflexión y un cambio positivo ante estos panoramas borrascosos. Se dice fácil, pero no hay otro camino, se hace camino al andar. Hay que impulsar iniciativas ciudadanías que contrarresten y hagan contrapeso al crimen, al oportunismo político y a la recesión económica. Hay que convertir las crisis en oportunidades.
Por Nicolás Pineda