Por Karla Acosta
Hermosillo, Sonora.- El ajolote es un animal prehispánico que está impreso en la cultura de nuestro país. En México, existen 17 especies de ajolote y hay dos tipos en Sonora. Uno es el ambystoma mavortium stebbinsi, que se distribuye en Agua Prieta y Cananea, y el ambystoma rosaceum -o ajolote taraumara-, que se encuentra en Yécora y la Sierra Alta de Cananea, zonas muy conflictivas que dificultan la labor de los biólogos y otros especialistas para investigar y preservar al animal, aseguró Oscar Leonardo Chávez, biólogo e investigador del ajolote.
“Donde empieza el Río Sonora, ahí hay ajolotes… No muchos los conocen, y los que los conocen, no los estudian mucho porque son zonas muy conflictivas. Irte a meter a Agua Prieta, Yécora o la Sierra de Cananea no se puede hacer tan fácilmente porque vas a salir con ‘muchos orificios en el cuerpo'”.
Es importante conservar al ajolote porque es una especie paraguas, por lo que protege a las demás especies que viven en su hábitat, incluyendo los bosques que capturan el agua que tomamos. El ajolote puede ser una excelente herramienta contra la sequía que hay en Hermosillo, “si talan los bosques de Cananea y Yécora, nos va a llevar”.
Alto riesgo, baja paga
“Ser biólogo es uno de los trabajos con más alto riesgo en el país”, puntualizó Chávez respecto al trabajo del biólogo -de campo- y lo comparó al periodismo, clasificándolo de alto riesgo y con baja paga.
Al igual que periodistas buscando la verdad, muchos biólogos han muerto protegiendo el hábitat de animales. Oscar mencionó que en una ocasión asesinaron a un amigo suyo en Guerrero durante una salida de campo.
Tal es el caso de Homero Gómez, un ingeniero agrónomo y activista medioambiental, quien fue asesinado por el crimen organizado tras denunciar en distintas ocasiones la tala ilegal de los bosques, hábitat de las mariposas Monarca en Michoacán, reserva de la que fue director y donde también habita gran cantidad de ajolotes.
El activismo de este tipo representa exposición que deriva en acciones negativas, que van desde perder el trabajo hasta la vida: “Te puedes meter en un problemón… Hay que pedir permiso…” para estudiar a los ambystoma de Sonora, ya que “el trabajo de campo involucra contacto con grupos delictivos“.
Chávez desea estudiar las especies norteñas, pero se le ha dificultado por falta de presupuesto y por el riesgo de intentar ingresar a estas zonas, pues son problemas a los que ya se ha enfrentado.
Ajolotes con estudio
Por el contrario, hay otras especies de ajolote que tienen mayor número de estudios como la que habita en Xochimilco, misma que Oscar Leonardo investigó y observó de manera participante durante su tesis.
En los experimentos para reintroducir ajolotes de cautiverio a los canales de Xochimilco, Oscar tuvo la asesoría del Mtro. Julio Lemos Espinal y encontraron que la especie necesita agua muy limpia para no contaminarse, pues son tan sensibles que cualquier químico los mata.
En 1998, un censo arrojó 6 mil ajolotes por km2, pero en la actualidad solamente hay un ajolote por km2; prácticamente desapareció de su hábitat natural. Sin embargo, la especie es bastante numerosa en cautiverio y como mascota, detalló el joven biólogo.
Solo en la UNAM existe un ajolotario que funciona como criadero de ajolotes, que tiene entre 300 y 500 ejemplares, donde nacen cientos cada año y se reparten en distintos centros de investigación para su liberación y reintegración a su hábitat natural con proyección al año 2032, destacó.
Por lo que el ‘Ajolotón’, un evento ocurrido el pasado 16 de febrero en Xochimilco, donde siete alcaldes de Morena liberaron casi 200 ejemplares de ajolote negro en los canales contaminados del lago, no tiene sustento científico.
Pese a que Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, comunicó que este evento no fue improvisado y que contaron con asesoría del Instituto de Biología de la UNAM, el biólogo sonorense Oscar Leonardo Chávez, declaró que no fue así, ya que cualquier biólogo o especialista en el tema no hubiera permitido que se realizara el evento de la forma en que se hizo.
“Imagínate si los metemos a aguas donde no hay saneamiento y hay desperdicios químicos como shampoo, detergentes y otras sustancias que terminan ahí, pues realmente estamos alterando a los ajolotes…
Todos los ajolotes que liberaron en el evento ya estaban sufriendo antes de ser liberados, los agarraron directamente con la mano, imagínate, todas esas cremas que nos ponemos o el gel antibacterial, eso les quema, entonces antes de ser liberados ellos ya estaban sufriendo”, especificó Oscar, ya que “solamente dañaron a los ajolotes por sacarse una foto sonriente”.
Para conservar al ajolote, es necesario cuidar su hábitat
Oscar realizó una invitación a los políticos para que ayuden de forma adecuada a los ajolotes y programas de conservación, destinando presupuesto a proyectos de investigación.
“Hay que invitar a los políticos a que se acerquen a los expertos y no hagan las cosas por su cuenta. Que queden bien haciendo cosas buenas, no a medias. Es una labor difícil y necesitamos -los biólogos- apoyo de verdad”, finalizó.