La crianza y educación de hijas e hijos no es tarea exclusiva de las mujeres. Cuando los padres se involucran activamente en su cuidado y desarrollo, de acuerdo a la UNICEF, las infancias se desarrollan más sana y mejor; las madres tienen menos sobrecarga de responsabilidades, se fortalece la autorrealización personal, y se crean vínculos familiares más sólidos en el tiempo.
Cuando se habla de igualdad generalmente se asume que se habla de cosas de mujeres y para las mujeres. En realidad, la igualdad de género consiste en que los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y hombres, se tomen en cuenta, valoren y promuevan de la misma manera, esto es, que los seres humanos tienen derecho a vivir libres de cualquier forma de discriminación o violencia por motivos del sexo al que pertenecen.
El género es una construcción cultural mediante la que se adscriben roles sociales, actitudes y aptitudes diferenciados para hombres y mujeres en función del sexo biológico. Se utiliza para demarcar diferencias socioculturales entre mujeres y hombres impuestas por los sistemas políticos, económicos, culturales y sociales a través de los agentes de socialización y son totalmente modificables. La masculinidad se aprende y se lleva a cabo a partir de lo que se espera que un hombre o una mujer realicen como rol.
Los estereotipos y los roles de género tienen características comunes que se convierten en ejes organizadores de la feminidad y la masculinidad. Estos ejes cumplen la función social de normar el comportamiento de las personas y el de las instituciones con base en las relaciones de género.
Hoy en día, tres cuartas partes del trabajo doméstico y de cuidado de niñas y niños es ejercido por las mujeres, según INEGI. Estos datos reflejan el resultado de una cultura que ha supuesto y educado para que las mujeres ejerzan ciertos roles y se asuma que es a ellas a quienes les corresponde por naturaleza.
Si bien, el género como sistema de comportamientos aprendidos varía en el tiempo y contexto, culturalmente se ha definido que las labores domésticas corresponden a las mujeres, y esa situación ha generado un plano de desigualdad entre los dos sexos.
En la actualidad los padres están tomando un papel más activo en la crianza de los hijos compartiendo roles con las madres. Sin embargo, aún sienten la presión de ser los principales proveedores económicos de sus familias, pese a que en este tiempo se ha estado dando vuelta a ese paradigma.
Hablar de “Nuevas masculinidades” y “Paternidades alternativas” es abordar nuevos caminos para alcanzar la igualdad de género, a partir de que los hombres reflexionen y cuestionen la construcción de su hombría, para romper los estereotipos de género que les limitan hacia diversas formas de ser personas en plenitud, y consolidar relaciones más democráticas en sus familias.
Sin duda, las políticas de igualdad no han considerado asumir las paternidades activas y responsables como parte de los detonantes de desarrollo. Actualmente las licencias para hombres trabajadores solo contemplan 5 días de permiso para paternidad, mientras las madres trabajadoras cuentan con 12 semanas de licencia por maternidad, divididas en 6 semanas antes del alumbramiento y 6 después del nacimiento de su hija o hijo.
Si bien es importante reconocer que las mujeres requieren de un mayor porciento de incapacidad para la recuperación física que conlleva un embarazo y un alumbramiento, el cuidado de los infantes también requiere de una mayor cercanía y cuidados por parte del padre.
El compromiso para la igualdad, requiere que los hombres asuman su papel protagónico como parte de una mitad del mundo. Una dolorosa realidad en nuestro país, es que 7 de cada 10 hombres divorciados o separados no dan pensión alimenticia (INEGI), lo que evidentemente genera desigualdad social.
El compromiso con el cambio personal y la lucha activa contra la violencia hacia las mujeres y la discriminación por razones de género, ha sido un tema central para los instrumentos internacionales, los cuales están dirigidos a lograr la igualdad entre mujeres y hombres así como el pleno ejercicio de los derechos humanos.
Fomentar las paternidades activas como mecanismo en la corresponsabilidad en el cuidado diario y crianza de las hijas e hijos; en las tareas escolares, en sus gustos, amistades, intereses, juegos, sueños y metas, es un reto que deben asumir las diferentes instituciones. Así mismo, contemplar planes estratégicos para fortalecer las paternidades responsables y promover los vínculos y corresponsabilidades familiares
Algunas medidas que pueden impulsar desde las empresas o instituciones, son modelos de cajas de compensación: Talleres culturales y deportivos para sus hijos, con descuentos o precios preferenciales, becas de estudios, convenios médicos, etc.
Promover la creación de guarderías infantiles y salas de cuna dentro de las empresas, o gestionar convenios de descuentos en centros externos; fomentar la existencia de cooperativas de ahorros: préstamos, obsequios, descuentos, convenios, subsidios para implementos escolares y bonos de mercado.
Los gobiernos deben sobrepasar las viejas prácticas de hacer políticas. La innovación gubernamental debe contemplar la implementación de nuevos enfoques para abordar viejos problemas de manera incluyente y bajo los principios de la igualdad.