Hermosillo, Sonora.- En marzo, durante los primeros días de la pandemia, los contagios de covid-19 en Sonora se reportaban y describían uno a uno.
Enrique Clausen, secretario de Salud en el estado, señalaba detalles en las transmisiones en vivo nocturnas: si eran adultos mayores, si habían viajado, si tenían alguna enfermedad crónica que les hiciera vulnerables a los efectos del virus. ¿Qué síntomas tenían? ¿Les hospitalizaron? Todo se explicaba para concientizar a la población y llamar a quedarse en casa.
Con el paso de las semanas, los contagios aumentaron y las descripciones se diluyeron hasta transformarse en estadísticas y números abrumadores. Bastaron nueve meses para que, a decir de la propia Secretaría de Salud en sus declaraciones, se superara todo escenario estimado.
El 2020 cerró con 50 mil 303 contagios y 3 mil 942 defunciones por covid-19. Al momento, 531 pacientes permanecen hospitalizados: 235 graves; 195 estables y 101 críticos.
Con la pandemia no solo llegaron las complicaciones de salud, sino todas sus implicaciones económicas y sociales que acabaron con la economía de las familias y los negocios. Solo de marzo a agosto, se perdieron de 39 mil 897 empleos que se han recuperado de forma lenta, mientras que 478 empresas cerraron de abril a noviembre, de acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Para la doctora Catalina Denman, investigadora del Centro de Estudios en Salud y Sociedad de El Colegio de Sonora, la pandemia llegó para recorrer la cortina que develó la fragilidad del sistema de salud en Sonora y en México.
“Creo que hemos visto durante este año, con respecto al covid y la situación social en general, que se nos ha recorrido la cortina que nos permitía vivir en un país de sueño, como si todo estuviera muy bien”, dijo la investigadora, “de repente, nos quitan la cortina y nos damos cuenta de que no, que nuestras instituciones son más frágiles de lo que imaginábamos y que hay mucha más desigualdad que la que queríamos aceptar”.
Aún así, la batalla continúa en pie por el personal de salud, quienes trabajan sacrificando sus vidas y en carencia del material suficiente para protegerse. Este es un esfuerzo que debe ser reconocido, dijo Denman, pero la lección debe ser el entendimiento de que la salud va más allá de la atención médica: depositar toda la responsabilidad en este sector sería erróneo, por lo que se debe trabajar en mejorar las condiciones de vida para las y los sonorenses, así como en la prevención de las comorbilidades, sostuvo.
“Tenemos que fortalecer mucho las instalaciones físicas (de los hospitales), pero también en formar a más personal de salud y además capacitarles en nuevos temas, que son, particularmente, en la intersección de las infecciones respiratorias y las enfermedades crónicas que ya conocemos en todas las familias, como la diabetes, la hipertensión y los cánceres”, explicó.
Luego agregó: “La salud es mucho más amplia que la atención médica, si queremos construir salud en Sonora tenemos que pensar en todas estas cosas, en los temas sociales determinantes de la salud: no es nada más comer frutas o verduras, es tener acceso a frutas o verduras, a tu frijol, maíz, trigo, pollo, huevos y queso a precios que tu salario pueda cubrir”.
Con miras a 2021, la necesidad gira hacia la colaboración de la sociedad en su conjunto para sobrellevar lo ocurrido en este año que termina.
“Algo a lo que nos invita la pandemia es a reconocer nuestro terruño, el lugar en donde estamos y a tratar de vivir mejor en este lugar”, concluyó Denman, “a construir otra narrativa, otra historia mejor para que no nos vendan escenarios artificiales; aunque implique más trabajo, será mejor. La colaboración y la participación serán parte importante de eso”.
De acuerdo con la última actualización del Institute for Health Metrics and Evaluation, con sede en Washington, para abril del año entrante, Sonora podría contabilizar hasta 5 mil 606 muertes por covid-19.