Siempre tendremos “motivos” para preocuparnos, como humanidad tenemos una diversidad de ideas, creencias, actitudes, pensamientos, diálogos internos y muchos procesos mas, que constantemente estamos realizando.
Todos estos procesos nos llevan a un desgaste emocional y energético, ya que nos generan cansancio, agotamiento, pero además debilitan las fibras mas pequeñas del cuerpo, generando así una cadena interminable de situaciones que ocupamos atender, convirtiéndose en un circulo vicioso, al darle vueltas y vueltas a lo mismo complicándose cada ves más.
Es necesario vivir con buena salud mental, podemos empezar con una limpieza a profundidad, despojarnos de preocupaciones que nos paralizan y anclan al pasado, pero también nos inquietan por el futuro generando temores, angustias, estados de ansiedad, entre otros.
Reflexionemos sobre patrones ocultos que siguen condicionando nuestra vida y nuestra conducta. Hagamos una lista de pensamientos y sentimientos e identifiquemos lo que queremos desechar y lo que queremos reforzar.
Te preguntaras, como desechar esos pensamientos que no quieres tener; hay una técnica muy sencilla. Como primer punto no te conflictúes con lo negativo, porque es parte de la vida y como segundo punto lleva tu atención a los pensamientos que quieres reforzar, hazlos crecer y conforme crecen estos pensamientos que te hacen sentir bien, recuperaras tu fuerza y tu poder.
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