Hermosillo, Sonora.- Los obstáculos se superan cuando las ganas de lograr algo son más grandes; sentado sobre el techo de su casa, buscando una señal de Internet para continuar las clases en línea, Alan se convierte en el mejor ejemplo de perseverancia y amor por aprender.
Sergio Alan Rosas de la Cruz tiene 16 años, es alumno del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Sonora (Cecytes), plantel Santa Ana, aunque vive en el ejido El Coyotillo, a 15 kilómetros de distancia de la preparatoria.
Las clases no han parado en plena contingencia sanitaria, por lo que todos los días el joven trata de buscar el mejor sitio para lograr captar una señal de Internet, colocarse un buen rato bajo el sol y enviar sus tareas a tiempo.
Antes de esto, despierto desde las 5:00 de la mañana, Alan ayuda en los trabajos del rancho de Juliana y Sergio, sus papás, porque la vida sigue y deben buscar el sustento familiar.
“La señal es poca, si te agarra tienes que subirte a lugares altos para agarrarla y poder mandar los trabajos o cualquier cosa que vayas a mandar.
Si para uno es difícil, para ellos -otros alumnos- que la tienen fácil no la hacen. Nosotros batallamos y ellos que tienen todo a su alcance no se ponen las pilas, si viven cerca de la escuela llegan tarde. Aquí se batalla pero queremos hacer las cosas porque se trata de salir adelante”, comenta el joven.
Sergio y Juliana aplauden a su hijo y a las ganas que diariamente le pone a la vida. Desde levantarse temprano hasta pasarse una hora o más bajo el calor de Sonora.
“Hay muchos jóvenes que no aprovechan. Tienen todo al alcance de sus manos y no aprovechan. Aquí, por la situación y porque ellos quieren, estos muchachos son gente trabajadora que se levanta temprano para echarle ganas a este rancho y a ranchos vecinos.
No la tienen fácil y aún así, gracias a Dios, siempre están al pie del cañón”, compartió Sergio.
Juliana agregó, “es una emoción muy bonita por tanta bendición que le echa la gente. Yo creo que todo le va a llegar porque tiene el ímpetu y las ganas de salir adelante. Nosotros lo apoyamos”.
La historia de Alan no es una historia triste o de pesar, no es un suceso de lamentos ni quejas. Es un testimonio de perseverancia, de trabajar todos los días por lo que se quiere y de aprovechar una educación a la que no todos tienen acceso.
Desde el techo de su casa o desde el lugar donde se siente para hacer sus tareas, el joven envía un mensaje de inspiración y motivación para todos aquellos que creen que son más grandes las barreras que las ganas de cruzarlas.
Es hacker ? Cómo para andar desencriptando las claves de seguridad ?
Que pendejo eres compa. Como va ser hacker no mames
Ojala con esta nota se pueda hacer o lograr algo ayudar a él y asus compañeros q tanto batallan para lograr unq buena señal de internet y hacen lo imposible para poder seguir con sus estudios y q esto no los detenga