Columna Y sin embargo
Antes de esta cuarentena, en el fragor de las actividades cotidianas, soñaba que algún día me encerraran en una biblioteca para dedicarme a leer, escribir e investigar. Eso es lo que siento que me está pasando ahora. Solo que la carga de trabajo es la misma o más que de costumbre, pero desde casa y sin interacción social.
Rutina de trabajo
Desde el principio que comenzó esto de quedarse en casa, hace ya más del mes, me propuse dos cosas: una fue llevar una rutina y horario de actividades más o menos normal. La otra fue mantener la actividad académica; para ello hice una agenda de trabajo que pudiera mantener de manera permanente.
Como lo hago desde hace muchos años, todos los días madrugo. Me levanto a las 5 a.m. Es entonces cuando reviso correos y escribo. Este artículo lo estoy escribiendo en este horario. A eso de las 7 a.m., prendo el radio y escucho algún noticiero o fragmentos de la mañanera presidencial. Antes me costaba mucho trabajo hacer ejercicio. Ahora he descubierto que puedo hacer ejercicio mucho mejor quedándome en casa. Hago unos 30 minutos de ejercicio y luego sigue el aseo personal y desayuno mientras convivo un rato con mi esposa.
Procuro trabajar toda la mañana a partir de las 9. Para ello acondicioné un lugar de trabajo en un portal de modo que no permanezco todo el día dentro de la casa. Eso me da mayor sensación de libertad.
Mi esposa prepara los alimentos y comemos entre 2 y 3 de la tarde. A mi me toca lavar los trastes y dejar limpia nuevamente la cocina. He procurado eliminar la siesta y en la tarde me ocupo ya sea en alguna actividad doméstica, leer, jardinería, hacer llamadas telefónicas y entretenerme con mi hobbies o algún curso en Internet. También reviso tareas de estudiantes.
En la noche, veo algo de noticias en la televisión y procuro acostarme temprano. Casi siempre leo algo en la cama que me ayuda a conciliar el sueño. Una norma que he seguido es la de ver poca televisión. Las películas y series las dejo para los domingos. Procuro reducir al mínimo el tiempo para redes sociales.
En cuanto a la lista de actividades, ésta incluye el seguimiento de cursos en la Unison, la revisión de dos trabajos de tesis y la conclusión de un artículo para publicar en una revista internacional en inglés.
Para las clases, utilizando la plataforma del SIVEA de la Unison, he tratado de continuar y concluir el programa de las materias. He trabajado a base de tareas, cuestionarios y controles de lectura que me tienen que enviar los estudiantes. Aunque traigo perdidos como a una cuarta parte de los estudiantes, espero entregar calificaciones finales a principios de mayo.
En cuanto al artículo, yo estaba contento porque hace diez días lo había terminado y lo envié. Ahora me disponía a trabajar en otros proyectos de publicaciones. Sin embargo, a la semana me lo regresaron con correcciones mayores, fallas de estructura y problemas de redacción. Eso sí me dolió. Ahora me siento abrumado y estresado porque significa volver a comenzar y me dieron de plazo hasta el 1 de junio para corregirlo. A ver si me alcanza la cuarentena.
Solidaridad social
Soy un privilegiado porque he podido continuar trabajando desde mi casa. Pero me parece crítica y preocupante la situación de todos aquellos que han tenido que suspender sus actividades y se ha visto afectada su situación económica. Pienso que esto no debe de prolongarse y debemos de regresar a las actividades normales a la brevedad posible; los empleos y los ingresos también son esenciales.
Para tratar de aliviar un poco los efectos de la crisis social y económica a nivel local, independientemente de lo que hagan los gobiernos, los invito a que como ciudadanos apoyemos la iniciativa “Va por Hermosillo” que promueve la agrupación Hermosillo Cómo Vamos. Ahí hay opciones para todas las posibilidades: donativos, trabajo voluntario o iniciativas ciudadanas. Más información la encuentra en la página: vaporhermosillo.org