México, (Notimex).- El inicio de clases virtuales en las escuelas de nivel básico del país podría causar la deserción de un gran número de estudiantes si no se atienden varios retos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) debe superar, consideró el investigador Marco Fernández, de la organización México Evalúa.
El experto comentó que, por un lado, el Inegi informó el año pasado que 40 por ciento de los alumnos del país reportan la carencia de acceso a Internet; además, una de las principales acciones de la SEP es conocer el número exacto de estudiantes con quienes los docentes no han podido tener contacto.
Lo anterior “de forma tal que la autoridad pueda identificar el universo de alumnos que están potencialmente en peligro de abandono.
“Estos alumnos son los que de ninguna manera han tenido algún tipo de contacto con el sistema educativo desde que entró la contingencia, son los primeros candidatos a tirar la toalla en la educación. Y se necesita esa información que es vital para evitar el problema del abandono escolar”, sostuvo.
Sin embargo, ese no es el único problema, sino que también existe un número importante de docentes que no han sido capacitados para el uso de las tecnologías para apoyarse en sus prácticas pedagógicas.
Aunado a la falta de capacitación, consideró, también hay docentes que carecen de acceso a Internet o el equipo tecnológico para realizar sus actividades a partir del 20 de abril con el programa Aprende en Casa que, según la SEP, “llegará a todas las regiones del país a través de distintas plataformas digitales o televisivas y transmisiones radiofónicas dirigidas a comunidades aisladas, incluidas las indígenas”.
De acuerdo con Fernández, también es necesaria la generación de guías que permitan a los alumnos y a los padres identificar cuáles son los aprendizajes clave que se espera tanto en la plataforma como en la televisión, y desarrollar ejercicios que permitan su puesta en marcha.
Impacto socioemocional, otro factor
El también profesor investigador de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, señaló que a los retos mencionados se suma el factor del impacto socioemocional que los estudiantes padecen en estos momentos por no tener clases presenciales.
Por un lado la afectación de no estar en comunicación ni en contacto con sus compañeros; por el otro la falta de contacto constante con sus docentes.
“A eso se agrega que muchos de ellos enfrentan circunstancias difíciles porque en sus hogares no tienen las mejores condiciones para poder llevar a cabo sus estudios, ya sea que están hacinados, que son víctimas de violencia intrafamiliar”.
“Muchos de sus papás están tratando de ayudarles, pero obviamente no son docentes y, además, muchos de ellos enfrentan el desafío de quedarse sin empleo o ver reducido sustantivamente el trabajo cuando son sus propios negocios o el autoempleo. Eso genera tensión”, expresó.
En ese sentido, opinó que la autoridad necesita desarrollar de manera urgente una estrategia de apoyo psicológico para contener las afectaciones tanto de aprendizaje como en la parte emocional.
Reconoció que la SEP ha hecho esfuerzos para llegar a acuerdos con la UNAM y otras universidades, de tal forma que, a través de Educatel, se empiece a brindar apoyo psicológico a los menores.