Las investigaciones de las autopsias psicológicas (proceso de recolección de datos del occiso que permite reconstruir su perfil psicológico y el estado mental antes del deceso). sugieren que el 90% de las muertes por suicidio son el resultado de un trastorno mental o trastorno por uso de sustancia subyacente.
Una persona con depresión tiene casi 20 veces más riesgo de morir por suicidio que una persona sin trastorno mental. En la siguiente tabla se presenta la estimación del incremento del riesgo de suicido en una persona diagnosticada con algún trastorno mental.
El trastorno significativo señala que la depresión es el factor de riesgo más asociado a la posibilidad del suicidio, lo cual no es ninguna novedad, pero lo delicado es que este trastorno va al alza de forma alarmante, ahora bien, una observación que hago de esta tabla de salud mental es que si bien, se pueden apreciar los porcentajes por trastorno, mi análisis y experiencia me lleva a interpretar esta tabla como todo un sistema donde cada trastorno además de sus particulares propias, también se relacionan de manera causa-efecto con los demás, complicando seriamente su diagnóstico, dado a que las combinaciones sobretodo con sustancias químicas y el alcohol, potencian los trastornos de origen hereditario o como resultado de transformaciones en la estructura y bioquímica en el funcionamiento del cerebro, como por ejemplo, accidentes automovilísticos, intoxicaciones entre otras posibilidades.
Ahora bien, también es importante señalar que el trastorno mental, puede posicionarse por dos vías, algo así como el huevo o la gallina, por ejemplo, un problema muy común es la pregunta quien es primero la depresión como causa o como efecto en las adicciones.
Lo mismo se puede aplicar a toda esta familia de trastornos mentales, por lo que un buen diagnóstico se vuelve obligado dado a que puede ser que le estemos dando prioridad únicamente a la gallina, y dejando de lado al huevo.